Analiza ANECA la situación de la influenza aviar a nivel mundial

Redacción BM Editores.

La Asociación Nacional de Especialistas de Ciencias Avícolas de México, A.C. (ANECA), analizó la situación actual de la influenza aviar AH5N1 de alta patogenicidad y señaló que de conformidad con los datos de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) entre 2005 y 2019 se identificaron 76 países y territorios afectados por influenza aviar con 18,620 focos en aves de corral.

Este organismo internacional identificó que la propagación de la influenza aviar, es más baja en los meses de septiembre, comienza a aumentar en octubre y alcanza su punto máximo en febrero.

Hasta octubre de 2022, el 53% de los focos se registraron en el Continente Americano y el 44% en Europa, el resto en Africa y Asia, mientras que del total de pérdidas ocasionadas por esta enfermedad por mortalidad de aves, fueron mayores en Europa (62%) que en América (37%).

Por lo que se refiere, la situación en México, hasta el 16 de noviembre del 2022, se han detectado cuatro unidades de producción avícola comerciales afectadas por el virus de la influenza aviar AH5N1 de alta patogenicidad, tres de ellas en Sonora y una en Nuevo León, así como en tres explotaciones de traspatio (Chiapas, Chihuahua y Estado de México), con un total de 492 mil aves sacrificadas, lo que significa el 0.023 por ciento del inventario avícola nacional, por lo que no está comprometido el abasto de pollo y huevo para el mercado nacional.

De igual manera, se han presentado casos en aves silvestres en humedales del Estado de México y Jalisco, en una reserva natural protegida de Texcoco y en parques de Baja California, Aguascalientes y Puebla.

En México la avicultura en ciertas regiones, ya ha sido afectada por la influenza aviar de baja patogenciidad subtipo H5N2 desde 1994 y el H7N3 de alta patogenicidad desde 2012, afectando la avicultura en algunas unidades de producción avícola del país.

La ANECA destacó que los virus de la influenza aviar son extremadamente variables, altamente contagiosos, y están ampliamente distribuidos entre las aves, especialmente en las acuáticas migratorias y silvestres endémicas.

Las epidemias de influenza aviar de alta patogenicidad, se pueden propagar rápidamente, devastar la industria avícola y originar graves restricciones comerciales. Los virus de la influenza A pueden cambiar con frecuencia. Las cepas evolucionan, ya que acumulan mutaciones puntuales durante la replicación del virus (deriva antigénica).

La transmisión del virus de la influenza aviar se elimina en las heces y las secreciones respiratorias, y puede transmitirse a través del contacto directo con las secreciones de las aves infectadas o de manera indirecta, a través de los alimentos y el agua contaminados, así como por diferentes fómites.

Los virus de la influenza aviar se transmiten fácilmente entre las aves y la excreción viral, puede comenzar tan solo en 1 a 2 días después de la infección.

Los signos clínicos son variables; es frecuente que se produzca la muerte súbita de grandes cantidades de aves; se pueden notar signos sistémicos y, en algunos casos, signos respiratorios en pollos, pavos y otras aves gallináceas; pueden estar marcadamente deprimidas, con una disminución en el consumo de alimento y agua y con las plumas erizadas.

También puede observarse sinusitis, lagrimeo, cianosis en la cabeza, la cresta y la barbilla; edema en la cabeza y diarrea verde blancuzca. Además, puede haber tos, estornudo, excreciones nasales y orales teñidas de sangre, equimosis en las patas, enfermedades neurológicas, disminución en la producción de huevos, pérdida en la pigmentación de los huevos y huevos deformes o sin cáscara.

Mencionó ANECA en su análisis que la primera línea de defensa contra la influenza aviar es la detección temprana y la notificación de los brotes de enfermedades para permitir una respuesta rápida; por lo tanto, la implementación de sistemas de alerta precisos, es esencial para una estrategia eficaz de control y prevención de esta enfermedad.

Las granjas avícolas, deberán cumplir con las medidas mínimas de bioseguridad (arco sanitario, control del ingreso de personas y vehículos, módulo sanitario, disposición sanitaria de cadáveres y desechos avícolas, control de fauna nociva y silvestre, mallas pajareras, bodegas para equipos, insumos y alimentos, fuentes de abastecimiento inocuas, tratamiento térmico de la pollinaza y gallinaza, lavado, limpieza y desinfección de instalaciones y equipo, capacitación de trabajadores y vigilancia epidemiológica, entre otras), así como buenas prácticas de producción (instalaciones, manejo, alimentación, agua, fármacos, bioseguridad, control de fauna, eliminación de desechos, bienestar animal, trazabilidad, etc.).

En determinadas condiciones, se puede recomendar la vacunación de las aves de corral. Sin embargo, esta medida por sí sola no debe considerarse una solución sostenible para controlar la influenza aviar y debe utilizarse como parte de una estrategia global de control de la enfermedad, además de otras medidas sanitarias como la bioseguridad y la notificación de focos sospechosos a las autoridades sanitarias del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA).

Source: bmeditores.mx

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