Uso regulado de productos comerciales beta agonistas promotores de crecimiento

PMVZ Monserrat Martínez González
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MVZ M en C. Marco Antonio Herradora Lozano
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MVZ M en C. Shalaiko Christian Carlin Valderrabano
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En México, entre 2006 y 2017, el consumo interno aparente de carne de cerdo aumentó a una tasa promedio de 3.9% anual. Se estimó un consumo de 2 millones de toneladas de carne de cerdo en 2018, y de 15.4 kg per cápita por año. Así mismo, durante el período 2006-2015, las exportaciones mexicanas de carne de cerdo crecieron a una tasa promedio anual de 8.1%. Es así como debido a los buenos precios, mayor rentabilidad y mayor consumo, la producción porcina de México aumentó 5.3% durante el 2017, convirtiéndolo en el país número uno en el mundo con respecto al aumento de la producción porcina porcentual. Sin embargo, México no tiene suficiente oferta para satisfacer su propia demanda, por lo que continúa importando carne (≈ 27%) de cerdo, principalmente jamones y carne deshuesada mecánicamente de los Estados Unidos de América (EUA)(1).

El crecimiento del cerdo está influenciado por distintos factores. De los ligados al propio animal, destaca la influencia de la genética y los diferentes pesos de los individuos en cada una de las etapas críticas en el crecimiento. Un manejo adecuado representado por las buenas prácticas ganaderas siempre se ha considerado como un aspecto realmente influyente que puede ser favorable para obtener el máximo potencial de crecimiento y rendimiento productivo. La sanidad, de la unidad productiva es determinante en el desarrollo de un sistema productivo eficiente, incluyendo aspectos de higiene, estado inmunológico de los animales y programas de vigilancia y prevención de patologías.

El alojamiento y el ambiente de las producciones, centrándose principalmente en adecuadas densidades de población y buen estado de las instalaciones, temperaturas y acondicionamiento para los animales; siendo importante el tomar en cuenta las necesidades fisiológicas de los animales. La alimentación es el sustento que permite una mejora de los rendimientos, la nutrición óptima, complementada con las sustancias autorizadas y disponibles en el mercado permite un mayor aprovechamiento de los nutrientes y, es uno de los aspectos en los que se ha incidido con mayor esfuerzo desde que empezaron a aparecer suplementos combinables con la dieta(2). Se sabe que el insumo más caro en las empresas es el alimento, sobrepasando el 70% del total de los costos de producción(3, 4), y a lo largo de los años se ha buscado reducir el desperdicio de alimento, mejorando las formulaciones en conjunto con la alimentación y evaluación de dietas; de esta manera, el empleo de aditivos juega un papel importante al permitir una mayor eficiencia del alimento(5), dentro de éstos se encuentran los promotores del crecimiento.

Según la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS), “agente promotor del crecimiento es aquella sustancia distinta de los nutrientes de la ración que aumentan el ritmo de crecimiento y mejoran el índice de conversión de los animales sanos y correctamente alimentados”(6). El concepto de promotor del crecimiento se puede aplicar a diversos grupos de sustancias que han sido utilizadas en producción ganadera(2).

Dentro de estos promotores se encuentran:

Antibióticos.

Estas sustancias están prohibidas en el concepto de promotores de crecimiento en México y muchos países en el mundo. Su promoción del crecimiento se piensa en su efecto de disminuir a las bacterias intestinales como entes competidores por los nutrimentos. Sin embargo, hoy en día esta práctica aumenta el uso indebido de antibióticos que ha preocupado a las autoridades sanitarias debido al riesgo y peligro para el hombre, por promover la generación de bacterias multiresistentes(5, 7).

Probióticos y Prebióticos.

Los prebióticos son ingredientes alimentarios no digestibles por el individuo que son fermentados selectivamente por la microbiota intestinal. El crecimiento y actividad de estos microorganismos, representativamente lactobacilos y bifidobacterias, se conocen como potencialmente promotoras de la integridad intestinal con algunos beneficios a la salud a nivel sistémico(8, 9). Los probióticos son microorganismos seleccionados, vivos, que, a una dosis adecuada, ejercen efectos benéficos en el huésped (FAO / OMS, 2001). Ambos han presentado beneficios discretos o no tan regulares cuando se mide su efecto a través de indicadores productivos.

Enzimas.

La adición de algunas enzimas en la dieta, tiene la intención de aumentar y complementar las secretadas de forma endógena. Su inclusión mejora la digestión y absorción de nutrientes y, por lo tanto, la tasa de crecimiento aumenta. La incidencia de desgaste intestinal también se reduce, ya que pasa menos material no digerido al intestino grueso, lo que reduce el sustrato disponible para el crecimiento bacteriano, aunque se sabe que algunas enzimas, pueden desencadenar factores anti nutricionales, que perjudican la digestión provocando trastornos digestivos(10).

Esteroides y anabólicos.

Los anabólicos pueden ser de origen endógeno (naturales) o sintéticos, estas sustancias (algunas homólogas de los esteroides), se definen como cualquier compuesto o mezcla de compuestos que afectan la función metabólica del animal para incrementar la cantidad de proteína corporal. En la Unión Europea (UE) está prohibida la utilización de hormonas y ciertos anabólicos como promotores de crecimiento; estas restricciones han desarrollado una polémica internacional debido a que las hormonas, como todas las sustancias químicas y medicamentos, dejan en general residuos en las carnes que pueden ser detectados por diversos métodos, aun en partes muy pequeñas y quizás su posible efecto en la salud humana(11).

Agonistas β-Adrenérgicos.

En producción animal, de manera general son útiles para modificar la composición de la canal mediante la alteración de la partición de nutrientes y la reducción de la deposición de grasa, aumentando simultáneamente la acumulación de proteínas(5). Sin embargo, algunos de ellos podrían llegar a afectar a los consumidores con ciertos fenómenos como temblores intensos de las extremidades, taquicardia, náuseas, dolores de cabeza y mareos(7), por lo cual su uso como promotores está prohibido a nivel mundial de entre los que destacan: clenbuterol, salbutamol, albuterol y simaterol(4, 7).

Ciertos agonistas β-adrenérgicos legales son utilizados en la producción animal. En México, EUA y más de 20 países, la ractopamina (ergotrópico) es aprobada para su uso en cerdos (FAO/OMS, 2013). En México, el uso del clorhidrato de ractopamina se encuentra regulado de manera estricta a través de Ley Federal de Sanidad Animal 2012 y su Reglamento, y normas vigentes (NOM-064-ZOO-2000; y su ACUERDO por el que se modifica el diverso por el que se establece la clasificación y prescripción de los productos farmacéuticos veterinarios por el nivel de riesgo de sus ingredientes activos, DOF 5-mar-2012.), por la autoridad competente en materia de medicamentos y productos de uso veterinario: Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), antes SAGARPA.

La razón del justificado uso de ractopamina en todos los países que así lo permiten, de manera regulada, descansa en que a lo largo de más de 30 años a partir de su descubrimiento y 20 años desde sus primeros usos en la producción porcina, no han existido reportes de intoxicaciones en personas que consuman carnes de cerdos alimentados con el fármaco, lo cual se debe a sus cualidades de una rápida excreción de la ractopamina y sus metabolitos, sin menoscabo de sus indiscutibles beneficios productivos que superan a muchos otros promotores de crecimiento.

La ractopamina es un agonista β-adrenérgico, que si bien se ha documentado con ciertos colaterales relacionados al estrés en cerdos con el gen halotano, es también muy cierta la indudable eficacia comprobada en la producción de carne con un menor contenido de grasa y una mayor utilización de nutrientes de las dietas(12, 13); actúa especialmente en el metabolismo de proteínas, lípidos y carbohidratos, redirigiendo (repartiendo) los nutrientes de la dieta a vías metabólicas que favorecen la síntesis proteica sobre la deposición de grasa en la canal, cuando se utiliza en la etapa de los últimos 20 a 40 kg de ganancia de la engorda, a dosis que van de los 5 a los 20 gramos por tonelada de alimento (5 a 20 ppm) y generalmente durante los últimos 28 días de la engorda(15, 16, 17, 18, 19, 20).

Los efectos de la ractopamina son influenciados por distintos factores como: dosis, tiempo de suministro, sexo, genética; así como los nutricionales; aportes de energía, lisina y la relación entre estos dos, dentro de la dieta(16, 17, 18). Las dietas suplementadas con ractopamina comúnmente deben recibir un mínimo de 16% de proteína cruda (PC) y 30% más de lisina, para lograr resultados significativos en el rendimiento y la calidad de la canal, aunque hay trabajos con menor PC. Para obtener una respuesta ideal al momento de utilizar este agente repartidor de nutrientes, es necesario proporcionar niveles adecuados de nutrimentos, especialmente de aminoácidos, con la finalidad de obtener el mayor aumento de proporción de carne(19, 20).

La importancia del uso regulado y con apego a la ley, de beta agonistas, como es el caso de ractopamina, permite un seguimiento trazable y ordenado (que a su vez garantiza el cuidado estricto de la calidad del producto) que beneficie al porcicultor, lo cual está fortalecido por los avances en el campo de la nutrición que indudablemente son de importancia fundamental para que el cerdo exprese el máximo potencial genético y productivo. Pensemos que los productos ilegales como son los fármacos prohibidos, debieran tener también ciertas limitaciones de índole técnica nutricional, lo cual se pasa por alto, a la par del riesgo que pueden originar en la salud humana. El uso responsable de beta agonistas (con registro) debe ser cuidado a lo largo de toda la cadena productiva donde participamos todos: porcicultores, veterinarios y especialistas, en colaboración con la autoridad.

Referencias

1. Dirección de Investigación y Evaluación económica y sectorial. Panorama Agroalimentario. Ciudad de México; 2016.
2. Estévez, R.R. 2016. Estudio histórico del uso y prohibición de los promotores del crecimiento en la ganadería española. Universidad Complutense de Madrid Facultad de Veterinaria.
3. Arrieta, J. L, Mirada M. et. al. 2015. Estrategias nutricionales y de alimentación en recría y engorde. Impacto en los costos. Cordoba.
4. Gonzalez R.M, Angeles J.C. 2017. Antibiotic and synthetic growth promoters in animal diets: Review of impact and analytical methods. Food Control [Internet]. 72:255–67. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1016/j.foodcont.2016.03.001
5. Sigvard Thomke KE. 1998. Growth promotants in feeding pigs and poultry. I. Growth and feed efficiency responses to antibiotic growth promotants. AnnZootech [Internet]. 47:85–97. Disponible en: https://hal.archives-ouvertes.fr/hal-00889716.
6. Guadarrama E.A. 2007. Comportamiento Productivo del Pollo de Engorda Suplementado en la Fase de Iniciación con un Nucleótido como Promotor de Crecimiento. Vol. 67. Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro.
7. Toldrá F, Reig M. 2015. Growth Promoters: Characteristics and Determination. Encyclopedia of Food and Health. 266–9.
8. Romo-Araiza A, Gutiérrez-Salmeán G, Galván EJ, Hernández-Frausto M, Herrera-López G, Romo-Parra H, et al. 2018. Probiotics and Prebiotics as a Therapeutic Strategy to Improve Memory in a Model of Middle-Aged Rats. Front Aging Neurosci [Internet].[citado el 10 de junio de 2019];10:416. Disponible en: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/30618722
9. Roberfroid M.B. 2000. Prebiotics and probiotics: are they functional foods? Am J Clin Nutr [Internet]. [citado el 10 de junio de 2019];71(6):1682S-1687S. Disponible en: https://academic.oup.com/ajcn/article/71/6/1682S/4729644
10. Close WH. 2000. Producing Pigs without Antibiotic Growth Promoters [Internet]. Vol. 11.[citado el 10 de junio de 2019]. Disponible en: http://citeseerx.ist.psu.edu/viewdoc/download?doi=10.1.1.549.6132&rep=rep1&type=pdf
11. Bavera, G.B., Petryna A. 2004 Promotores del crecimiento y modificadores del metabolismo. 1–4.
12. Gonzalez JM, Johnson SE, Stelzleni AM, Thrift TA, Savell JD, Warnock TM, et al. 2010. Effect of ractopamine-HCl supplementation for 28 days on carcass characteristics, muscle fiber morphometrics, and whole muscle yields of six distinct muscles of the loin and round. Meat Sci [Internet]. 85(3):379–84. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1016/j.meatsci.2010.02.004
13. Mitchell AD. 2009. Effect or ractopamine on growth and body composition of pigs during compensatory growth. Animal. 3(1):173–80.
14. Carr SN, Hamilton DN, Miller KD, Schroeder AL, Fernández-Dueñas D, Killefer J, et al. 2009. The effect of ractopamine hydrochloride (Paylean®) on lean carcass yields and pork quality characteristics of heavy pigs fed normal and amino acid fortified diets. Meat Sci [Internet]. 81(3):533–9. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1016/j.meatsci.2008.10.007
15. Herradora Lozano MA. 1995. Efecto de la adición de ractopamina (Fenetanolamina) a dietas elaboradas con aceite vegetal o grasa animal, sobre el comportamiento productivo y calidad de la canal en cerdos de finalización. Universidad Nacional Autónoma de México.
16. Almeida VV de, Nuñez AJC, Miyada VS. 2012. Ractopamine as a metabolic modifier feed additive for finishing pigs: A review. Brazilian Arch Biol Technol. 55(3):445–56.
17. Apple JK, Rincker PJ, McKeith FK, Carr SN, Armstrong TA, Matzat PD. 2007. Meta-Analysis of the Ractopamine Response in Finishing Swine. Prof Anim Sci [Internet]. 23(3):179–96. Disponible en: http://linkinghub.elsevier.com/retrieve/pii/S1080744615309645
18. Kutzler LW, Holmer SF, Boler DD, Carr SN, Ritter MJ, Parks CW, et al. 2011. Comparison of varying doses and durations of ractopamine hydrochloride on late-finishing pig carcass characteristics and meat quality. J. Anim. Sci. 89(7):2176–88.
19. Sainz R, Kim Y, Dunshea F, Campbell R. 2004. Effects of ractopamine in pig muscles: histology, calpains and β-adrenergic receptors. Aust J Agric Res. 44(7):14-41.
20. Almeida EC de, Fialho ET, Rodrigues PB, Zangeronimo MG, Lima JA de F, Fontes D de O. 2010. Ractopamine and lysine levels on performance and carcass characteristics of finishing pigs. Rev Bras Zootec. 39(9):1961–8.

Artículo publicado en Los Porcicultores y su Entorno

Source: bmeditores.mx

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