¿Te imaginas la vida sin aguacates? Un cultivo condenado a desaparecer varias veces en la historia

A través de anécdotas animadas, imágenes coloridas y recetas deliciosas, “Aguacate: una historia global”, de Jeff Miller, explora el ascenso meteórico del aguacate, desde su coevolución con los megaherbívoros del Pleistoceno, pasando su aceptación por las primeras civilizaciones que se establecieron en México, hasta su dominio actual a nivel global.

Dada la popularidad actual del aguacate, es difícil imaginar que este cultivo originario de Centroamérica estuvo cerca de desaparecer varias veces.

Este fruto fue capaz de adaptarse y sobrevivir a contratiempos ecológicos y culturales que fácilmente podrían haberlos condenado a la extinción. En cambio, el aguacate perseveró, prosperó y se ha convertido en un superamilemento con fama a nivel mundial

Un ‘fantasma de la evolución’

Los aguacates (Persea americana) pertenecen a la familia del laurel, el mismo grupo de plantas que incluye la canela. Los laureles prosperan en climas cálidos subtropicales, y el aguacate evolucionó en este mismo clima en América Central durante el período Neógeno, hace aproximadamente 10 millones de años.

Durante la era del Pleistoceno, que siguió al Neógeno, los animales más grandes de la Tierra fueron lo que llamamos los megaherbívoros, animales gigantes que subsistían casi por completo con una dieta vegetariana. La mayoría de estos, como el perezoso gigante, habrían empequeñecido al megaherbívoro más grande de la actualidad, el elefante africano.

Los megaherbívoros del Pleistoceno, como el toxodon, fueron los encargados de la expansión del árbol de aguacate por América central.

Los megaherbívoros del Pleistoceno, como el toxodon, fueron los encargados de la expansión del árbol de aguacate por América central.
(Robert Bruce Horsfall / wikipedia.org)

Los herbívoros gigantes del Pleistoceno Mesoamérica, como el gomphothere, el armadillo gigante y el toxodon, necesitaban cientos de kilos de comida al día para sobrevivir. Dado que los alimentos, como las hojas y los pastos, son muy bajos en calorías y grasas, los animales apreciaban cualquier alimento graso y denso en energía como el aguacate.

Los megaherbívoros se comían todo el fruto entero y excretaban el hueso no digerido. En un proceso conocido como endozoochory, la pila de estiércol serviría como abono para que creciera un nuevo árbol de aguacate. Este proceso hizo que, lo que ahora es México, se llenara de árboles de aguacate.

Los megaherbívoros se comían todo el fruto entero y excretaban el hueso no digerido. Este proceso hizo que, lo que ahora es México, se llenara de árboles de aguacate.

Una vez que los megaherbívoros murieron, los herbívoros que sobrevivieron tenían gargantas demasiado pequeñas para ingerir todo el aguacate entero. Estos seguían comiendo aguacate pero dejaban caer el hueso cerca de las raíces del mismo árbol, una mala estrategia de supervivencia para que prosperara su cultivo.

Fue entonces cuando los aguacates se convirtieron en lo que la botánica Connie Barlow llama un “Fantasma de la evolución”, una especie que debería haberse extinguido, pero que de alguna manera pudo sobrevivir.

Tras la muerte de los grandes herbívoros los aguacates se convertieron en fantasma de la evolución

Connie Barlow
Botánica

Lo que les permitió perdurar fue la larga vida útil de sus árboles, que sobreviven mucho más que la mayoría de los árboles frutales. Hay árboles de 100 años que todavía producen frutos en California y árboles de 400 años en el centro de México. Al vivir tanto tiempo y estar tan bien adaptados a su nicho ecológico, los aguacates pudieron aguantar hasta que llegaron sus próximos dispersores, los Homo sapiens.

El humano y los aguacates

Los primeros humanos que llegaron a Mesoamérica apreciaron rápidamente las virtudes del aguacate. Grupos como los olmecas y los mayas comenzaron los primeros huertos de aguacate y seleccionaron las variedades que sabían mejor y tenían las frutas más carnosas, un proceso de selección que nos ha dado los aguacates que consumimos hoy en día.

Los aguacates llegaron a ser tan importantes para los mayas que el decimocuarto mes de su calendario fue nombrado por ellos.

Las primeras civilizaciones Mesoamericanas empezaron a cultivar el aguacate y seleccionaron las mejores variedades.

Las primeras civilizaciones Mesoamericanas empezaron a cultivar el aguacate y seleccionaron las mejores variedades.
(iStock / iStock)

Tras esas primeras civilizaciones el aguacate se siguió consumiendo en Centroamérica, pero no fue hasta el siglo XIX que no saltó fronteras.

En 1830 el Dr. Floridian Henry Perrine descubrió y se enamoró del aguacate mientras era cónsul de EE. UU en Campeche, México. Este pensó que podía ser un buen cultivo para Florida y envió unas semillas a un amigo. Este las plantó, pero una disputa familiar hizo que la plantación quedara abandonada. Aún así, el cultivo de aguacate prosperó en el estado de Florida gracias a su humedad y temperaturas cálidas.

En California también se intento implantar el cultivo de aguacate, pero la climatología no era tan idónea. En los meses de invierno el estado de California registra temperaturas demasiado bajas para el aguacate.

Esto podría haber sido otro callejón sin salida para la fruta, pero los primeros colonos en la costa oeste intentaron cultivarlos. Después de algunos intentos fallidos en las décadas de 1850 y 1860, el juez productor RB Ord obtuvo algunos especímenes resistentes al frío del centro de México .

Uno de los primeros especímenes resistentes al frío fue una variedad que recibió el nombre de “Fuerte”. El aguacate Fuerte se ganó su nombre porque fue una de las pocas variedades que sobrevivió al famoso “Freeze of ‘13”, un período de clima frío que casi arruinó las nacientes industrias de frutas del sur de California en el invierno de 1913.

Hasta la década de 1940, el Fuerte era la variedad de aguacate más popular en América y representaba alrededor del 75% de los aguacates vendidos.

La historia del aguacate Hass, el más consumido actualmente

La mayor parte de los aguacates vendidos hoy son la variedad conocida como Hass, relegando al Fuerte al 2%. Una variedad que existe gracias a un par de niños con paladares exquisitos y mucho poder de convicción.

El aguacate Hass lleva el nombre de Rudolph Hass, un cartero que vivía en La Habra, California.

Éste leyó un folleto sobre el dinero que se ganaría con el cultivo de aguacate y pidió prestado dinero para comprar una pequeña parcela de tierra con árboles de aguacate Fuerte. A finales de la década de 1920, Hass compró algunas semillas de aguacate donde poder injertar ramas de la variedad Fuerte. De una de estas semillas creció un árbol que rechazó las ramas de Fuerte y producía unos frutos más pequeños.

Aguacate

Aguacate
(sfe-co2 / Getty)

Hass estaba decidido a cortar el árbol, pero sus hijos le dijeron que los pequeños aguacates de este árbol eran sus favoritos, así que cedió y se quedó con él. Después de probarlos él mismo, pensó que tenían potencial de comercialización y comenzó a venderlos a personas en el trabajo y en un mercado de la ciudad.

Los aguacates Hass tuvieron mucho éxito porque eran más sabrosos. Fue en 1935 cuando Hass decidió patentar el árbol, la primera patente otorgada por un árbol en Estados Unidos. Pero la mayoría de los productores, en lugar de comprar su árbol, evadieron su patente y simplemente injertaron sus esquejes ellos mismos. Esta práctica era ilegal, pero no fue controlada por ningún organismo.

Hoy en día el aguacate de la variedad Hass es la más consumida a nivel mundial. Cabría suponer que Rudolph Hass murió como un hombre rico, pero solo ganó alrededor de 5,000$ estadounidenses por la patente en su vida.

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Source: https://www.lavanguardia.com/natural/20200728/482549303300/aguacate-cultivo-historia-evolucion.html

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