"ONE HEALTH": UN TESORO PARA PROTEGER LA SALUD DE TODOS

 Para empezar fuerte con la primera entrada del año, el cuerpo me pedía hacer la analogía con el Anillo Único de Tolkien, aunque este tesoro del que quiero hablar tiene un objetivo mucho más edificante; nada de atar a nadie en las tinieblas, sino todo lo contrario.

¿Qué es la estrategia One Health?
 

Se trata de una estrategia conjunta de aproximación de la salud humana, animal y medioambiental. Un instrumento de encuentro y trabajo conjunto entre disciplinas muy distanciadas en la práctica, a pesar de compartir una amplia base de conocimientos (bioquímica, fisiología, microbiología, estadística…por citar algunos). Se trata de buscar puntos en común que sirvan para “gobernar” sus actuaciones a partir de ahora, por la cuenta que nos trae.
 

La
rabia canina está presente en todos los continentes excepto en la
Antártida. Aunque para muchos de nosotros sea un recuerdo lejano, sigue
causando decenas de miles de muertes cada año poblaciones pobres y
vulnerables que viven en zonas rurales remotas, sobre todo en Asia y
África. El perro es el responsable de hasta el 99% de las transmisiones
de rabia a humanos. Fuente.  

¿Por qué es necesaria? 

 

Porque existen las llamadas zoonosis, es decir enfermedades o infecciones que se transmiten de los animales vertebrados a los humanos directa o indirectamente. ¿Qué voy a contar que no sepamos ya a estas alturas? Tristemente, de una manera u otra todos hemos sufrido la Covid-19, pero no es la única.
 

¿Sabías que 13 zoonosis son responsables de 2.2 millones de muertes al año, como son la gripe, la tuberculosis, rabia, brucelosis, fiebre Q y hepatitis B?

 

Actualmente hay descritas más de 200 tipos de zoonosis. Los organismos causantes de la enfermedad pueden ser bacterias, virus, parásitos o agentes no convencionales y propagarse a los humanos por contacto directo, a través de los alimentos o el medio ambiente. Los mecanismos de transmisión son variados, a veces complejos, y se agrupan en dos tipos:
 

  • Zoonosis no alimentarias: pueden darse por contacto con el animal como la rabia, la hidatidosis (perros) o psitacosis (aves) o a través de vectores. Los vectores son organismos que transportan los patógenos de un individuo a otro; los mosquitos y las garrapatas son dos buenos ejemplos.
     
  • Zoonosis alimentarias: aquellas cuya vía de transmisión está asociada al consumo de alimentos. Pueden estar provocadas por bacterias (Salmonella o Listeria) o por parásitos (que causan la triquinosis o la anisakiosis). Seguro que os suenan, aunque sea por las noticias.

Las garrapatas transmiten bastantes enfermedades. La fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC)
por ejemplo está causada por un virus que llega al ser humano
principalmente a través del ganado. Es una de las enfermedades
transmitidas por garrapatas con mayor extensión a nivel mundial. En
España se detectó la circulación del virus en garrapatas en el año 2010 y
los primeros casos en humanos se notificaron en 2016. Su tasa de
letalidad puede llegar hasta el 40% y no hay ninguna vacuna disponible
para personas o animales Fuente.   La leishmaniosis también conocida como Kala-azar, está causada por protozoos del género Leishmania
y se transmite por la picadura de un mosquito flebótomo. En España se
diagnostican al año 4 casos por cada millón de habitantes. Los perros
constituyen el principal reservorio de la enfermedad aunque también
pueden serlo otros mamíferos como conejos, liebres o ratas. Fuente: FRAN COLLINS (CDC).  

¿Y esto desde cuándo ocurre?
 

Las zoonosis siempre han estado ahí. Tenemos por ejemplo la peste negra en el siglo XIV con la combinación bacteria (Yersinia pestis) + pulga + rata. La rabia, causada por un virus, se pudo combatir gracias a Louis Pasteur que logró la primera vacuna en 1885. Sobre la mal llamada gripe española solo se sabe con certeza que el primer caso confirmado de gripe española no se originó en España, sino probablemente en Kansas, y que la pandemia no comenzó en humanos sino en aves.

 

¿Qué tienen que ver Ötzi, el hombre del hielo con Justin Bieber? Pues
que ambos han padecido la enfermedad de Lyme. Tanto al cantante
canadiense como el hombre que vivió en los Alpes hará unos 5 300 años
les picó una garrapata que, a cambio de su sangre, les dejó un regalito
en forma de bacteria. La bacteria en concreto se llama Borrelia
burgdorferi
y se sirve de las garrapatas (Ixodes ricinus) como medio de
transporte para buscar más víctimas a las que dejar hechos un cromo.
Animales domésticos y silvestres son reservorios de la enfermedad.

Sin embargo existe un dato significativo: hasta un 75% de las nuevas enfermedades que afectan a los seres humanos surgidas en los últimos 10 años tienen su origen en animales. 

 

Muchos expertos apuntan a dos causas íntimamente unidas que agravan el problema: la desigualdad social y la degradación ambiental.  

 

El efecto protector de la biodiversidad lleva estudiándose desde hace una década. Un ecosistema “sano” o “intacto” posee muchas especies que establecen entre sí complejas relaciones, por lo que cuando surge una enfermedad es fácil que el resto de especies amortigüe el daño. Es lo que se denomina el efecto protector de la biodiversidad “por dilución”. 

 

La destrucción de hábitats empobrece y simplifica los ecosistemas impidiendo que cumplan esa función protectora. Todo esto lo explica muy bien Francisco Valladares, divulgador e investigador del CSIC, en este vídeo.
 

Los murciélagos frugívoros son los huéspedes naturales del virus Nipah,
causante de una zoonosis emergente. La deforestación, que priva a los
murciélagos de su hábitat natural y los obliga a acercarse a las aldeas,
puede explicar la transmisión del virus a los cerdos y de estos al
hombre. No hay vacuna o tratamiento.  

Vivimos de espaldas a la naturaleza, pero nuestra salud depende de ella mucho más de lo que queremos admitir. Un dato curioso para escépticos: el declive masivo de anfibios en Centroamérica durante la década de 1980 causado por un hongo podría estar relacionado con el aumento de brotes de malaria en Costa Rica y Panamá en la última década del s.XX. Y por cierto, desgraciadamente también ocurre en sentido contrario: el ser humano y sus actividades están dispersando enfermedades que afectan a la fauna silvestre.

El
Ébola es un virus transmitido a las personas por animales salvajes.
Tiene una letalidad de casi el 50 %: el último brote de la epidemia en
2014 – 2016 acabó con la vida de unas 11.000 personas. Fuente: © Visual Science via SINC

¿Sabías que el 60% de los patógenos que causan enfermedades humanas provienen de animales domésticos o silvestres?

 

¿Dónde ocurre?
 

El Covid-19 ha llegado a todos los continentes, la Antártida incluida, que para eso es una pandemia. Podría decirse que los seres humano somos las “patas” del virus, allá donde nos desplacemos el irá con nosotros. Y en un mundo globalizado llegará más lejos todavía.

¿Sabías que existen 200 enfermedades zoonóticas en el mundo, transmitidas al ser humano tanto por animales silvestres como domésticos?

 

 

Pero ¿quiénes tienen que unirse?
 

El enfoque “One health” implica la colaboración de múltiples profesiones de ciencias de la salud, junto con sus disciplinas e instituciones relacionadas. Así, el conocimiento de las zoonosis se beneficia del trabajo en equipo y la comunicación entre los especialistas en muy diversas disciplinas: medicina humana y veterinaria, epidemiología, virología, entomología, zoología, genética, inmunología, ecología, climatología, etc.
 

Desde el punto de vista práctico conviene no olvidar a los profesionales que trabajan a pie de campo: si hay alguien acostumbrado a vacunar a miles de seres en tiempo record y a mantener vigiladas y bajo control enfermedades como la tuberculosis, la brucelosis o gripe aviar, esos son los veterinarios. Junto con los ingenieros agrónomos y los propios ganaderos, son los responsables de garantizar la bioseguridad de las instalaciones, para que no entre o salga ningún patógeno de ellas. Conviene no olvidar además que ellos mismos están especialmente expuestos a estas enfermedades.
 

¿Sabías que más del 20% de las pérdidas de producción animal en el mundo está causado por enfermedades animales?

 

La fiebre Q es
una enfermedad zoonótica causada por la bacteria Coxiella burnetii
presente en el ganado (vacuno, ovino y caprino) y otros mamíferos
domésticos. Fue detectada en 1935 en Australia, cuando muchos
trabajadores de mataderos presentaron síntomas de una enfermedad
parecida a una gripe. La “Q” proviene de la palabra inglesa “query”,
(consulta, indagación) ya que se desconocía a qué podía deberse. Foto de Dori Luna.

¿Cómo se puede conseguir?
 

De una manera muy fácil en la teoría – mediante el trabajo en equipo y la transmisión de conocimientos – pero que en la práctica no lo es tanto.
 

Visto lo que nos jugamos, uno podría pensar que debería haber alguna institución internacional relevante que ejerza un liderazgo claro a la hora de enfrentar el problema. Lo más cercano que he encontrado es el Sistema Conjunto FAO- OIE – WHO de aviso temprano sobre amenazas a la salud y riesgos emergentes en la interfaz humano-animal-ecosistema, en inglés GLEWS+. A nivel de la UE tenemos a la EFSA o al Programa Conjunto Europeo One Health. A nivel español citar la web del Ministerio de Agricultura, donde es fácil encontrar información sobre las zoonosis, no en vano el Cuerpo Nacional Veterinario está ligado a este ministerio, el Instituto de Salud Carlos III (perteneciente al Ministerio de Ciencia e Innovación) trabaja en ello también, y ahora conocido Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) que actualmente vigila atentamente dos zoonosis más aparte del Covid.

El
emblema de los veterinarios españoles ya hace más de un siglo
anticipaba el concepto: “Hygia pecoris salus populi” (“por la salud del
ganado, la salud de la población”). Y es que el control y erradicación
de enfermedades zoonoticas resulta bastante más efectivo si se comienza
con los animales domésticos. Fuente.

La meningoencefalitis causada por el virus del Nilo occidental es un buen ejemplo de trabajo conjunto de profesionales de distintos ámbitos, como se puede ver en este informe. Desde 2007 se lleva realizando el Plan de Vigilancia del VNO que incluye el seguimiento en aves, équidos, mosquitos, y humanos. Los mosquitos se trampean para estudiar su distribución, época de actividad de las especies “peligrosas” y posible presencia del virus mediante PCR. Los caballos y aves se vigilan a dos niveles: mediante vigilancia pasiva (estudio de los individuos con sintomatología compatible con la enfermedad) y vigilancia activa (análisis de muestras centinelas en áreas geográficas que se consideren de riesgo como suelen ser los humedales). Cuando se detecta circulación viral en animales y/o en vectores se inicia vigilancia epidemiológica activa en humanos, aunque en zonas donde ha habido casos en años previos la vigilancia se activa desde finales de primavera hasta finales de otoño, cuando están activos los mosquitos vectores. Los primeros casos en humanos España se diagnosticaron en 2010

Este
verano se detectó un foco de Encefalitis del Oeste del Nilo (VON) en el
suroeste peninsular. Esta enfermedad está causada por un virus y se
transmite por picaduras de mosquitos.
El lugar del brote no es casualidad, se trata de un lugar de paso de
aves migratorias, las cuales son un reservorio del virus. Los caballos y
el ser humano se consideran huéspedes accidentales y lo normal es que
permanezcan asintomáticos, apenas un 1% muestra cuadros graves; este
verano en concreto la incidencia ha sido más alta de lo que cabría
esperar. Fuente: Imagen de Anne & Saturnino Miranda en Pixabay

 

Para terminar vuelvo a la analogía literaria. De la misma manera  que la Comunidad del Anillo (individuos de muy diversa procedencia trabajando en equipo) logró destruir el anillo, esperemos que la comunidad de científicos, ambientalistas y profesionales de la salud consigan que este enfoque “One health” reciba la atención necesaria, por el bien de todos.

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Oleh

conocer la agricultura

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Hora

22:02

Source: www.conocerlaagricultura.com

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