Crisis de fertilizantes ¿tendremos seguridad alimentaria?

Provenientes de los puertos rusos como el de San Petersburgo y Murmansk, paulatinamente va llegando un total de 24 barcos que transportan cerca de 678.000 toneladas de fertilizantes a Brasil, el cuarto consumidor mundial de este insumo, aunque solo produce el 15% en su territorio.

Son buenas noticias para el gigante sudamericano que, pese a las sanciones contra Rusia por la invasión a Ucrania, ha logrado asegurar el suministro de fertilizantes, especialmente, de cloruro de potasio que es utilizado en los campos de soja y maíz.

Esto fue factible, según un operador de fertilizantes, debido a que las unidades extranjeras de las empresas rusas continúan cumpliendo con los pedidos, mientras los bancos que no han sido afectados por las sanciones occidentales procesan los pagos. Por lo pronto, 11 de las 24 embarcaciones partieron de territorio ruso después del 24 de febrero, fecha en que se inició el conflicto armado.

En tanto, los puertos brasileños, como el de Paraná, operan al tope de su capacidad recibiendo una cantidad inusual de fertilizantes, después de que los importadores se apresuraran en realizar compras anticipadas ante el temor de un corte de abastecimiento.

Paranaguá, uno de los puertos más activos del país, tiene 18 buques a la espera de descargar con cerca de 600.000 toneladas de fertilizantes de diversos orígenes, dijo la autoridad portuaria de Paraná en un comunicado. “La totalidad de los 3,5 millones de toneladas de almacenamiento del puerto ya están en uso, lo que dificulta el trabajo de descarga”, dijo Luiz García, presidente de Parana Ports a Reuters.

No obstante, el resto de países de Latinoamérica no han tenido la misma suerte de Brasil. La dificultades para adquirir este insumo clave para la producción agrícola y ganadera datan desde antes de la guerra que se libra en Ucrania, debido a la escasez de fertilizantes químicos nitrogenados y la crisis logística global. Todo esto ha generado aumentos de hasta 43% de los precios en algunas partes del mundo.

Y es que Rusia es el cuarto productor de nitrógeno y fósforo y el tercer productor de potasio en el mundo por lo que el cierre de este mercado ha desencadenado un incremento consistente de los precios.

“Para lo que va de 2022 los precios internacionales de los fertilizantes se incrementaron en promedio más del 40%, situación que es preocupante porque en 2021 cerramos con incrementos en precios de más del 100% para algunos fertilizantes como la úrea. Para los próximos meses esperamos que continúe el crecimiento en precios, pero todo va a depender de cómo evolucione el conflicto entre Rusia y Ucrania. No obstante, este no es el único factor que preocupa. El cierre del mercado ruso y bielorruso también ha aumentado las preocupaciones por un posible desabastecimiento”, dice Andrés Felipe Sarmiento, analista del sector Agroindustria de la Dirección de Investigaciones Económicas, Sectoriales y de Mercado del Grupo Bancolombia.

Republica Dominicana, por ejemplo, importa más de dos millones de toneladas de fertilizantes al año, de acuerdo con cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane). Las principales importaciones de este rubro son la urea, fosfato diamónico, fosfato monoamónico y cloruro de potasio. En el caso de la urea, la sustancia de nitrógeno más popular, de mayor uso y demanda, 42% es importada de Rusia y Ucrania.

“Si los precios no bajan, a los productores que en el segundo semestre del año pasado se vieron afectados por la crisis de la cadena de suministro y que no tienen recursos para volver a insertarse en el circuito de producción, debido a los altos costos, les será imposible volver a producir”, dice Jorge Bedoya presidente de la Sociedad de Agricultores de Republica Dominicana (SAC).

Mayor precio y menor oferta

Actualmente, la preocupación para los productores agrícolas latinoamericanos es el precio y la disponibilidad de este insumo, siendo la primera las más alarmante. “Hay fertilizantes que han subido su precio en un 80%. Pero la urea, por ejemplo, ha subido 150%”, dijo Germán Palacio, gerente general de la Federación Colombiana de Productores de Papa, (Fedepapa) al diario colombiano La República.

El sector agroexportador ecuatoriano también viene sufriendo por la escasez y los altos precios de los fertilizantes y también por la imposibilidad de exportar banano a Rusia, un mercado destino significativo. “Cada día se complica más esta situación. Para Ecuador, que es un país típico exportador de fruta, especialmente de banano, es fundamental el mercado ruso que representa el 25% de las exportaciones totales de Ecuador”, dice Alfredo Saltos, el consultor agrícola y ex ministro de Agricultura de Ecuador.

Según Saltos, el 50% de fertilizantes nitrogenados importado por Ecuador proviene de Rusia y un porcentaje similar de fertilizante potásico, de Ucrania. “El banano es un cultivo muy demandante tanto de [fertilizante] nitrogenado como de potásico y algo de fosfóricos. La logística está alterada, los fletes están elevados, los contenedores son escaso. Entonces, eso va a traer graves consecuencias para la producción de alimentos y los fertilizantes son fundamentales en la productividad de los cultivos”, dice.

En Perú, la Convención Nacional del Agro Peruano (Conveagro) advirtió que la falta de fertilizantes ocasionará en los próximos tres y seis meses una caída de 40% de la producción nacional . “No hay fertilizantes y lo que hay, vale 410% más que el precio normal, pero no hay. [Nosotros] hemos advertido este problema al presidente [Pedro] Castillo desde noviembre de 2021″, dice Clímaco Cárdenas, presidente de Conveagro.

Cárdenas refiere que en una campaña normal de papa un agricultor produce un promedio de 35.000 kilos, pero sin la cantidad de fertilizante necesaria solo podrá producir entre 10.000 a 12.000 kilos. Además de la papa, otros productos castigados con esta situación son el arroz y el maíz.

“Nuestra agricultura enfrentará la campaña agrícola que se inicia en estos meses sin fertilizantes. El no tener fertilizantes implica caídas de producción que van entre 20% y 40%, dependiendo de los cultivos. Puede llevar a una caída dramática de la producción de arroz, papa y maíz, y eso tendría un impacto doblemente grave en los hogares peruanos que ya vienen enfrentando la crisis inflacionaria importada”, explicó Eduardo Zegarra, economista e investigador del think tank peruano Grupo de Análisis para el Desarrollo (Grade) en una comisión especial del Congreso.

Zegarra precisó que entre enero y abril de 2021 se importaron cerca de 200.000 toneladas de fertilizantes, mientras que durante el mismo periodo de este año no se ha llegado ni a las 20.000 toneladas.

Paños fríos temporales

Los productores agrícolas se han visto obligados a tomar medidas para abastecerse de fertilizantes.

“Hemos observado una respuesta oportuna por parte de los actores de la cadena de fertilizantes que realizaron importaciones anticipadas de potasio y de mezclas con potasio para evitar problemas de abastecimiento. Las compras de potasio y de mezclas principalmente NPK -nitrógeno fósforo y potasio- crecieron entre diciembre de 2021 y enero de 2022 en 69% y 892%, respectivamente. Esto nos indica qué las empresas de la cadena de abonos anticiparon la crisis y podrían mitigar posibles desabastecimientos durante el primer semestre de 2022. Además, si uno mira los balances financieros del cierre de 2021 de algunas empresas de insumos importantes, se observa un crecimiento importante de inventarios de más del 100% con respecto al cierre de 2020”, dice Andrés Felipe Sarmiento.

No obstante, el ejecutivo colombiano asegura que las preocupaciones se centran en el segundo semestre. “Para esta fecha los inventarios habrán rotado y las presiones mundiales en la cadena de abastecimiento seguramente habrá aumentado por el inicio de la época de lluvias en Brasil e India, que es cuando aumenta la demanda de fertilizantes y los atascamientos logísticos en China por cuenta del cobre”, dice.

Los fertilizantes orgánicos, para Alfredo Saltos, son una alternativa lejana. “Lo primero que han hecho los productores es bajar las cantidades que aplican a los cultivos por sus altos precios y eso tiene una respuesta inmediata en la reducción de la productividad. También están haciendo algo con orgánicos, pero no es una cuestión significativa y va a tomar tiempo. He visto esfuerzos muy grandes del mismo Ministerio de Agricultura que está implementando unas plantas de bioinsumos en algunos lugares del país, pero hasta que estas se instalen y funcionen va a pasar un buen tiempo”, dice.

Aparte de compras anticipadas, las grandes agroexportadoras que tienen un mayor poder de negociación están conversando con sus proveedores para reducir el precio aunque saben que esta opción no es sostenible en el tiempo.

Sin embargo, los pequeños productores son los más perjudicados. En Perú, en noviembre de 2021 el gremio agrario pidió apoyo al gobierno para que puedan costear la compra de fertilizantes. Finalmente se acordó brindar un fondo de S/ 720 millones (US$ 188 millones, aproximadamente) para subvencionar el precio de los fertilizantes y ayudar a los agricultores. “Lamentablemente de ese dinero hasta ahora no hemos visto nada, a pesar de que se comprometió al Ministerio de Economía y Finanzas”, dice Clímaco Cárdenas.

En tanto, el gobierno anunció que concretó la importación de 5.000 toneladas mensuales de urea de Bolivia, por los próximos seis meses hasta octubre, y está en vías de negociar otras 25.000 toneladas mensuales de Venezuela. En este último caso, el intermediario sería la empresa Petroquímica de Venezuela (Pequiven). Adicionalmente, Perú está en contacto con una empresa que podría proveer fertilizantes adicionales desde Iraq e Indonesia, y otra parte desde Canadá. No obstante, la cantidad es limitada para la campaña agrícola.

La inflación, el mayor dolor

La problemática de los fertilizantes no solo afecta los campos agrícolas, sino también a las mesas de los hogares latinoamericanos. Para nadie es un secreto que el precio de los alimentos se ha incrementado considerablemente elevando las tasas de inflación en muchos países.

Por ejemplo, en Republica Dominicana entre marzo de 2021 y marzo de 2022 el Índice de precios al Consumidor (IC) anual de alimentos aumentó 26%. Según el Análisis: Fertilizantes, Costos del Grupo Bancolombia, muchas actividades del agro llevan meses con precios de venta al productor creciendo por encima de los costos, como el aceite de palma, el café, la carne de res, entre otros. Pero, de cara a la inflación de alimentos, tres productos con gran relevancia, como la leche, el arroz y la papa, tuvieron una situación contraria la mayor parte de 2021, y sus precios apenas empiezan a repuntar a una velocidad superior a la del costo.

“Para 2022 el panorama del precio de los alimentos sigue siendo preocupante por varias razones, entre ellas, porque se espera que sigan aumentando los costos de producción y porque algunos productos podrían reducir el uso de fertilizantes con lo que podría disminuir la productividad. De cualquier manera en algún momento, los precios van a incentivar una mayor producción y con lo cual podríamos observar tendencias a la baja del precio del consumidor a medida que las mayores cosechas ingresen al mercado”, dice Andrés Felipe Sarmiento.

En Perú, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en marzo de 2022 la inflación fue de 6,8% en Lima (7,54% a nivel nacional), superando el pico inflacionario de 2008, previo a la crisis financiera internacional. Por su lado, el BBVA Research estima que en abril este indicador llegue a 8%.

“El rango meta de Perú que es 3%, ahora está bordeando el 7%. Entre el 3% y 7% tenemos cuatro puntos extras, de esos, tres puntos son por [alza de precios de] alimentos”, dijo Hugo Vega, economista senior de la Unidad de Perú de BBVA Research durante el webinar Guerra Rusia – Ucrania e impacto en Commodities.

Brasil, a pesar de haberse asegurado el suministro de fertilizantes durante el primer semestre del año, no se ha salvado de la presión al alza de los precios de los alimentos, y por ende, también de la inflación. Es así que en abril el Índice de Precios al Consumidor Amplio -15 registró una subida de 1,73%. Se trata del mayor incremento mensual desde febrero de 2003 y el más alto para un mes de abril desde 1995, ubicándose muy por encima del índice de marzo que registró un aumento de 0,95%. El acumulado del año alcanzó a 4,31% y a 12,03% en los últimos 12 meses.

Este escenario de precios e inflación alta es generalizado. Incluso, el Banco Mundial en su último informe de previsiones de los mercados de materias primas proyecta que el alto elevado nivel de precios que se está registrando en estos momentos en los alimentos y también en la energía se mantendrá durante tres años.

A estas alturas, todo esfuerzo ya sea de los gobiernos o de las mismas empresas o productores resulta insuficiente. Pese a que para el primer semestre del año las campañas agrícolas estarían cubiertas, hay incertidumbre respecto a lo que se vivirá a partir de julio. Bolivia -que cuenta con una planta de amoniaco y urea podría- resultar la salida inmediata para abastecer a la región, pero aún prioriza el abastecimiento local y no estaría en capacidad de proveer grandes cantidades a otros mercados.

Los próximos meses serán cruciales, aunque todo apunta que los problemas de suministro y alzas de precio de fertilizantes tienen para rato, al mismo estilo que la crisis logística mundial.

FUENTE

Source: agriculturers.com

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