Cuando hay una gran cantidad de tomates en la planta, la maduración puede retrasarse, ya que requiere mucha energía para que se tornen rojos. Por ello, cosechar tomates verdes y almacenarlos en el interior puede ser una gran ayuda para que la planta conserve su energía y puedas continuar disfrutando de tu cultivo hasta el otoño.
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Hacer que los tomates verdes maduren fuera de la planta no es muy complicado, ya que existen diversos métodos que puedes usar. Una manera de hacer que los tomates verdes se vuelvan rojos es madurándolos en un sitio ventilado a temperatura ambiente. Cuanto más fría sea la temperatura del ambiente, más demorará el proceso de maduración.
Los tomates verdes maduros suelen madurar en pocas semanas en temperaturas de entre 18-21 ºC, mientras que, en temperaturas un poco más bajas, entre 13-16 ºC, por ejemplo, puede demorar un mes o más.
La mejor técnica para que los tomates verdes se tornen rojos es utilizando plátanos maduros. Añade dos o tres tomates dentro de una bolsa de papel marrón junto con un plátano y colócala en un área cálida, lejos de la luz del sol. Recuerda cerrar bien la bolsa y revisarla regularmente, sustituyendo el plátano de ser necesario (en una o dos semanas madurarán). El plátano es una de las frutas que genera más gas etileno, produciendo una fitohormona responsable de la maduración de los frutos. Es por esto que los tomates madurarán más rápido junto a un plátano.
Si tienes una gran cosecha de tomates verdes, puedes hacer uso de una caja grande de cartón forrada por dentro con papel de periódico. Coloca los tomates dentro y algunos plátanos maduros y lleva la caja a un sitio fresco, pero ligeramente húmedo lejos del sol. En 15 días aproximadamente podrás disfrutar de tomates rojos.
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