Auspiciosa señal. La eficaz administración pública combina el compromiso social del Estado con una gestión efectiva que optimice el rendimiento de los recursos disponibles. Lo cual redunda en beneficio de toda la población, dueña absoluta y beneficiaria, en fin de cuentas, del patrimonio estatal.
En ese orden, toda unidad o fusión oportuna se torna ineludible, sino inevitable, a la hora de asignar y distribuir las utilidades del aparato productivo estatal.
La anunciada por el presiente Luis Abinader, entre el CEA y Bienes Nacionales traza las pautas de un proceso necesario y audaz de transformación que no puede tardar más tiempo. En marcha el cambio organizacional esperado.
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La sociedad que no se adecúa a las demandas de los nuevos tiempos tiende a sucumbir. No podemos encogernos de hombros ante las urgentes transformaciones que requiere el aparato estatal y gubernamental. La supresión de la OISOE y el despacho de la Primera Dama permite destinar esos gastos a fines productivos que faciliten la su redistribución en servicios verdaderamente útiles y prioritarios.
Así, el Ministerio de Energía y Minas es uno de los organismos llamados a fusionar y asimilar las dispersas unidades de este sector, a los fines de hacerse eficiente en provecho directo del amplio universo de usuarios en todas las categorías.
Este proceso dará paso a cambios estructurales que van a derivar en beneficios palpables en la diversificación, mayores ingresos, y menor riesgos y control del gasto público. A todo esto, se suma la actualización tecnológica y aplicación de una cultura administrativa dinámica y transparente.
Esto y más implica el plan de unificación que habrá de producirse en la gestión de cambios propuestos por Luis Abinader. Sus resultados serán recibidos con el mismo júbilo conque toda la población propició su elección
Source: primicias.com.do
