Importancia de la selección en la producción porcina

Guadalupe Edgar Beltrán Rosas
Marco Antonio Jacho López
Maximino Méndez Mendoza
Juan Edrei Sánchez Torres
Alejandro Córdova Izquierdo

Introducción

La gestión de las unidades de producción porcina fue definida por Kadlec (1985) como la ciencia que trata de la distribución de recursos (dinero, suelo, alimentos, mano de obra, etc.) entre diferentes alternativas (animales, sistemas productivos, estrategias de manejo, etc.) para obtener metas previamente establecidas como: máximo beneficio, máxima productividad, máxima utilidad, mínimo costo (Babot, 2000).

Debido a la actual situación económica, los elevados precios de los insumos y la alta presión de la oferta de carne de cerdo han hecho que la competitividad aumente drásticamente; siendo uno de los retos más importantes de la producción porcina moderna, mejorar la eficiencia de los sistemas productivos. Esta nueva situación requiere de profesionales calificados (Veterinarios especialistas en Zootecnia, Ingenieros Agrónomos Zootecnistas, Técnicos Porcinos), que sean capaces de adaptar los recursos disponibles a las demandas del mercado, además de aplicar nuevas técnicas de manejo y de alimentación adaptadas al tipo de animal presentes hoy en día en granjas porcícolas, enfocándose a una mejora de la eficiencia productiva con el fin de disminuir costos y así aumentar los márgenes de utilidad para la empresa (De Laguna-Ortega, 2011).

La producción porcina actual es el resultado de un sinfín de elementos que interactúan continuamente y de forma dinámica, cambiante, impredecible hasta cierto punto: comprender las complejas relaciones entre todos estos factores, lo que conllevará al éxito de las empresas porcícolas (Tomás-Almenar et al., 2013).

Esquema de producción GAMNSA

Hemos escuchado sobre el esquema de la mesa de cuatro patas o sobre la rueda mencionando ejes tales como a) Sanidad, b) Nutrición, c) Manejo, d) Personal y e) Instalaciones (Buxadé-Carbón y Sánchez-Sánchez, 2009; Leuwerke, 2011). Sin embargo, se debe utilizar un esquema de producción, donde se haga referencia a estos ejes, además de algunos otros, los cuales creemos que cobran una importancia realmente transcendental. Este esquema de producción incluye Genética, Ambiente, Manejo, Nutrición, Sanidad y Administración (“GAMNSA”), cada una de estas áreas se denominan esferas de producción y cada una de estas esferas debe de tener su especial atención y si alguna de éstas se ve comprometida la productividad de la piara se verá afectada (Figura 1.1; [Beltrán-Rosas, 2013]).

Figura 1.1. Esquema de producción GAMNSA.


Fuente: Beltrán-Rosas, (2013).

La capacidad productiva y la expresión genética dependen del ambiente, el manejo y nutrición (García-Contreras, 2006), es decir, deben de existir recomendaciones para los animales según su deposición de energía, nitrógeno y de intentar aportar para cada uno de ellos los programas de alimentación adecuados (Latorre-Górriz, 2012). Otro aspecto importante es revisar la sanidad e higiene a las que se ha expuesto el animal dentro de la granja (García-Contreras, 2006). Es necesario mencionar que el producto final no son los cerdos, sino la producción de carne de buena calidad (Autores).

Genética

La utilización implícita de las estrategias de mejora genética animal ha sido una constante desde que se realizó el proceso de domesticación de las especies ganaderas durante el Neolítico. El ser humano ha controlado la reproducción, tomando la decisión acerca de qué individuos van a ser utilizados como progenitores de la siguiente generación (Varona, 2014).

La genética es una rama de la biología que trata de los fenómenos de herencia y sus variaciones. Su función es la de comprender las causas de las semejanzas y las diferencias que existen entre los padres y su progenie y, por extensión entre todos los organismos que se encuentran relacionados unos con otros por su descendencia (Blakiston, 1983). La herencia se define como el parecido entre los individuos relacionados por descendencia, y la variación es la aparición de diferencias entre individuos de la misma especie. Por lo tanto, la genética es la ciencia del estudio de las semejanzas y diferencias que existen entre los individuos (Bates and Cleveland 2003).

Trabajar en genética es valorar el presente y estar constantemente mirando al futuro; es predecir cuáles serán los productos y servicios que el mercado demandará en el futuro. Pensar en qué querrán y sobre todo qué premiará y/o penalizarán los clientes, por ejemplo: mataderos, salas de despiece hasta el consumidor final (Cía-Rodas, 2011). Y desde luego adaptarse lo más rápidamente posible a la demanda cambiante del consumidor cuando no coincide con aquello que se había previsto (comunicación personal Ramis-Vidal).

Mejora genética

La utilización implícita de las estrategias de mejora genética animal ha sido una constante desde que se realizó el proceso de domesticación de las especies ganaderas durante el Neolítico. El ser humano ha controlado la reproducción, tomando la decisión acerca de qué individuos van a ser utilizados como progenitores de la siguiente generación (Varona, 2014).
El mejoramiento genético de los cerdos se realiza por dos métodos complementarios y a diferentes niveles de la pirámide poblacional; la selección es el proceso de elegir a los mejores animales de una población para que sean progenitores de las futuras generaciones. La población son los animales de la misma granja, o bien, pueden ser los de una granja de pie de cría, de una compañía genética, por lo que se puede decir que hay dos formas de selección, las cuales se describen a continuación:

I. Selección de material genético nuevo adquiriendo reproductores mejorados, que aporten mejoras específicas para determinadas características; éste es un método de mejora rápido, siempre y cuando se consideren los aspectos económicos y sanitarios (Martínez-Gamba, 2006). Periódicamente es necesario introducir nuevas hembras y después se introduce genética a través de semen (Figura 1.2; [Romero y Falceto, 2006]).

Figura 1.2. Dosis de semen.


Cortesía: Semen Cardona.

II. Auto reposición: selección de animales de la misma piara como futuros reproductores; aquí se elige a los mejores animales de la población de la granja, con base en las características que se desean mejorar (Martínez-Gamba, 2006). Este sistema mayoritariamente utilizado supone un menor riesgo sanitario (Figura 1.3; [Pallás-Alonso, 2014]). Pero suele conllevar un menor progreso genético que el anterior y la falta de programación puede hacer que aumente la endogamia en la población (comunicación personal Ramis-Vidal).

Para lograr una hembra de reemplazo eficiente en producción, longevidad, entre otras características, se deben cubrir sus requerimientos nutricionales con los alimentos utilizados en la alimentación, ya que esta cerda debe ser más productiva comparada con la cerda que va a reemplazar (Autores). En la selección de hembras para el reemplazo de las reproductoras, es normal que se rechacen o desechen para este fin hasta el 40% de los animales, mientras que las tasas normales de reemplazo aproximan al 50% anual de la piara de reproductoras, siendo que del 20 al 25% del total, fueron desechadas por causas principalmente debidas a alteraciones en la movilidad de los animales (Cervantes-López, 2010).

Tabla 1.1. Tasa de eliminación (Pallás-Alonso, 2014).

Los objetivos de la reposición pueden resumirse en los siguientes incisos:

I. No superar el 50% de tasa de reposición anual ya que aparte del mayor consumo que supone y del mayor riesgo sanitario que conlleva, es importante recordar que las camadas procedentes de primerizas crecen menos que las de multíparas.

II. Lograr tasa de eliminación en los tres primeros ciclos no mayor del 25%, según la Tabla 1.1 (Pallás-Alonso, 2014).

La figura 1.4 nos muestra el esquema piramidal de selección que se ha adoptado en porcinos. Así, los resultados del esfuerzo de selección realizado en unos pocos animales, el núcleo que se encuentra en la cúspide de la pirámide, se multiplican enormemente. Podríamos decir que la selección realizada en cada animal del núcleo se transmitirá a los animales sacrificados en matadero y, a su vez, los costos de selección originados en el núcleo se diluirán entre el mismo número de animales (Paramio et al., 2010).

Figura 1.4. Esquema de la pirámide de selección en el ganado porcino.


Fuente: Paramio et al., (2010).

Razas maternas

La cría de los cerdos se basa generalmente en razas maternas o líneas: son razas muy especializadas en los parámetros reproductivos como son: la manifestación del comportamiento en celo (Paramio et al., 2010; Knauer et al., 2011), la conformación anatómica (Knauer et al., 2011), prolificidad (lechones nacidos/hembra [Paramio et al., 2010; Lillehammer et al., 2013]), la producción láctea y la buena aptitud maternal (Paramio et al., 2010), un peso considerable en la reproductora (Lillehammer et al., 2013).

Large White presenta una mayor tasa de crecimiento, así como un mejor porcentaje de carne magra de la canal con mayor índice de conversión (Ren et al., 2008). Mientras que las razas asiáticas Meishan, Jiaxing y Jinhua se consideran como las más precoces de todas (Jacho-López y Beltrán-Rosas, 2014), tienen mayor prolificidad, calidad de carne y una fuerte inmunidad (Ren et al., 2008).

También se han creado y de hecho se utilizan con bastante éxito las razas hiperprolíficas, para lo cual se han introducido ciertas razas asiáticas como la Meishan, que presentan índices de prolificidad mucho más altos que las razas europeas y americanas. Suele haber diferencias entre las distintas razas con respecto de la edad a la pubertad, así como entre cerdas cruzadas y puras, a las primeras se las considera más precoces. Esto es otra expresión de la heterosis. Una parte de la diferencia depende de la velocidad de crecimiento desde el nacimiento hasta la madurez sexual. Posiblemente haya un aumento de la actividad hipofisaria en las híbridas, relacionado con un mayor peso de la hipófisis comparado con las cerdas de raza pura, a la misma edad. Respecto a las diferencias interraciales, las hembras Pietrain llegan antes a la pubertad que las otras razas (Jacho-López y Beltrán-Rosas, 2014). Otras razas como: Pietrain, Hampshire, Landrace belga, no son utilizadas como reproductoras debido a su menor prolificidad.

Las razas con una combinación de caracteres maternales y de producción de carne. Aquí cabrían las razas Landrace, Large White (Figura 1.5) y Duroc (Paramio et al., 2010) aunque también se utilizan cruzamientos entre Landrace y Large White, y cruzamientos entre Landrace o Large White con Duroc para obtener la F1 (Moeller et al., 2004), en la que, principalmente buscamos más “durabilidad” en la explotación, es decir, más número de partos (vida útil [Jacho-López y Beltrán-Rosas, 2014a]), y evidentemente una mayor resistencia a las condiciones adversas del medio (rusticidad [Ren et al., 2008; Jacho-López y Beltrán-Rosas, 2014a]), vigor, tamaño, etc., (Ren et al., 2008). Esta ventaja productiva de las F1 sobre las líneas parenterales es debida a la heterosis, fenómeno propio del cruzamiento de individuos que pertenecen a poblaciones que han estado mucho tiempo sin reproducirse entre sí. Como, por ejemplo, dos razas distintas o dos líneas diferentes de la misma raza suelen producir animales con mejores características reproductivas (Jacho-López y Beltrán-Rosas, 2014ab).

Figura 1.5. Raza Large White.


Cortesía: Semen Cardona.

Razas terminales

Razas productoras de carne o líneas paternas son razas seleccionadas por sus parámetros de producción de carne como: velocidad de crecimiento (gramos de peso ganados diariamente), índice de conversión de los alimentos (kg de alimentos necesarios para ganar 1 kg de peso vivo), rendimiento en canal (kg de peso de canal/kg de peso vivo del animal), carnes muy magras y con escasa grasa intramuscular (Paramio et al., 2010). Los machos finalizadores más utilizados son Pietrain (actualmente el macho universal; [Figura 1.6]), el Landrace belga, y en menor frecuencia el Duroc y el Hampshire (en Europa utilizado en países como Dinamarca o Holanda). Ésta última raza en concreto suele presentar algún problema en cuanto a la calidad de la carne relacionada al gen del estrés porcino o mutación del gen del receptor Ryanodine. El Landrace belga y sobre todo el Pietrain solían también presentar problemas con el gen del estrés porcino, produciendo carnes pálidas, suaves y exudativas (PSE). Últimamente estos problemas han sido resueltos por los genetistas que han conseguido producir animales negativos al gen (NN), aunque el problema radica principalmente cuando se practican cruzamientos entre dos animales positivos, tanto macho como hembra (Jacho-López y Beltrán-Rosas, 2014a). Aun así, hay productores que solicitan machos Nn puesto que relacionan la presencia de la mutación en heterocigosis con buena calidad de carne (comunicación personal Ramis-Vidal).

Figura 1.6. Raza Pietrain.

Cortesía: Semen Cardona.

Por otra parte, se ha podido detectar que los machos mejorados genéticamente puros son difíciles de manejar, las empresas de genética han creado machos sintéticos, cruzando distintas razas lo que permite beneficiarse de los fenómenos de heterosis y que no presenta los inconvenientes de las razas mencionadas anteriormente. Generalmente resultan de cruzamientos entre las razas antes mencionadas con la Large White o Landrace (Jacho-López y Beltrán-Rosas, 2014a). La raza Duroc, no se utiliza únicamente como macho finalizador (por su capacidad de infiltración de grasa muscular), sino que también en cruzamientos con Landrace, Large White, para producir hembras de reposición F1 y cruzamientos con Pietrain para producir machos finalizadores. Muchas empresas inclusive comercializan machos Landrace o Large White, especializados en crecimiento, como machos finalizadores, en países en los que no se paga la conformación (Jacho-López y Beltrán-Rosas, 2014a). Para macho finalizador, prácticamente se han probado todos los cruzamientos, evidentemente todo depende del mercado, por ejemplo:

  • Cruzamientos de Pietrain por Large White.
  • Cruzamiento de Pietrain por Hampshire (o por una línea sintética que contenga de Hampshire).
  • Cruzamiento de Duroc por Landrace belga, Large White o Hampshire.
  • Líneas sintéticas que contienen genes de varias razas.

Razas rústicas

Hasta la década de 1950, la producción en el sur de Europa se basa esencialmente en las razas autóctonas criadas bajo sistemas extensivos, con frecuencia en ecosistemas específicos que integran las tierras forestales (Vicente et al., 2008). Razas cuya principal característica es una buena adaptación al medio donde se producen. Son razas utilizadas en sistemas de pastoreo, como el cerdo Ibérico (Figura 1.7; [Paramio et al., 2010), Bísaro, Alentejano y Malhado de Alcobaca (Vicente et al., 2008]).

Figura 1.7. Cerdo Ibérico.

Cortesía: Semen Cardona

El conocimiento detallado de la estructura de población entre y dentro de las razas de porcino es esencial para establecer prioridades de conservación. Sin embargo, la información sobre las razas autóctonas de porcino es todavía escasa, a pesar de que poseen características únicas en términos de adaptación, resistencia y calidad de los productos (Vicente et al., 2008).

Variables de importancia económica a seleccionar

En los cerdos solo se seleccionan características de importancia económica, aquellas que al ser mejoradas representan una mayor ganancia para el productor. Las principales características o variables para seleccionar en el ganado porcino se clasifican como: reproductivas, morfológicas, de producción y de las características de la canal (Martínez-Gamba, 2006).

Principales características reproductivas

En los cerdos no solo se seleccionan las características de importancia económica, también aquellas que al ser mejoradas representan una mayor ganancia para el productor. Las principales características o variables para seleccionar en el ganado porcino se clasifican como: reproductivas, morfológicas, de producción y de la canal (Martínez-Gamba, 2006).

  • Pubertad
    -Edad a la pubertad (días [Martínez-Gamba, 2006; Knauer et al., 2011]).
    -Días que presenta estro (duración).
    -Reflejo de inmovilidad con y sin presencia del semental.
  • Intervalo entre pubertad y primer servicio (Martínez-Gamba, 2006; Knauer et al., 2011).
  • Edad al primer parto (EP1) días (Babot, 1997; Knauer et al., 2011).

La valoración en una cerda tanto en primerizas como multíparas:

  • Número total de lechones nacidos (TLN; [Babot, 1997; Moeller et al., 2004; Knauer et al., 2011; Schneider et al., 2012a]).
  • Número de lechones nacidos vivos (LNV; [Babot, 1997; Carrión y Mendel, 2001; Chen et al., 2003; Damgaard et al., 2003; Moeller et al., 2004; Schneider et al., 2012ab]).
  • Número de lechones momificados (MOM; [Moeller et al., 2004; Schneider et al., 2012a]).
  • Número de lechones nacidos muertos (LNM; [Moeller et al., 2004; Schneider et al., 2012ab]).
  • Peso de la camada al nacer (PCN; [Moeller et al., 2004; Schneider et al., 2012a]).
  • Lechones destetados (LD; [Carrión y Mendel, 2001; Chen et al., 2003; Damgaard et al., 2003; Schneider et al., 2012a]).
  • Peso de la camada a los 21 días (PL21; [Chen et al., 2003; Damgaard et al., 2003]).
  • Intervalo destete – cubrición fértil (IDCF; [Babot, 1997; Carrión y Mendel, 2001; Knauer et al., 2011]).

Valoración de la cerda

  • Características de longevidad (Murillo-Galán y col., 2007; Simón, 2012; Nikkilä et al., 2013a).
    -Vida útil (VU; [Nikkilä et al., 2013a]).
    -Partos producidos o longevidad funcional (PP; [Simón, 2012; Nikkilä et al., 2013a]).
  • Número total de nacidos en su vida productiva (TNP).
  • Número total de nacidos vivos en su vida productiva (TNVP).
  • Número total de nacidos vivos en su vida productiva por la vida útil de la cerda (TNVP/VU; [Nikkilä et al., 2013a]).
    -Número de partos por hembra por año (Carrión y Mendel, 2001; García-Murguía y col., 2014).
    -Comportamiento maternal: lechones destetados/cerda/año (LCDA; [López y Galíndez, 2007; Simón, 2012; García-Murguía y col., 2014; Koketsu et al., 2017; Lipiński, 2019]).

Sin embargo, en los últimos ocho años se han ido introduciendo en el “Índice de selección” los conceptos de:

  • Calidad materna.
    -Capacidad lechera, que son una combinación de caracteres cuantitativos relacionados con la ganancia de peso de los lechones (Carrión y Mendel, 2001; López y Galíndez, 2007; Simón, 2012).
    -Facilidad de parto.
    -Supervivencia del lechón.
    -Camadas homogéneas (Damgaard et al., 2003).
    -Carácter durante la lactación (carácter [Santomá, 2013]).
    -Rusticidad (sensibilidad al estrés [Carrión y Mendel, 2001; Simón, 2012]).
    -Resistencia a enfermedades.
    -Adaptación al clima (comunicación personal Ramis-Vidal).
    -Número de cerdos vendidos por hembra por año (García-Murguía y col., 2014).

En las características morfológicas o de conformación anatómica se incluyen:

  • Longitud corporal (LC).
  • Profundidad corporal (PC; [Nikkilä et al., 2013ab]).
  • Ancho del cuerpo o de jamones (AC; [Knauer et al., 2011; Nikkilä et al., 2013ab]).
  • Forma de la caja torácica (FCT; [Nikkilä et al., 2013b]).
  • Ancho de la caja torácica (ACT; [Knauer et al., 2011]).
  • Línea superior (LS).
  • Estructura de la cadera (EC; [Nikkilä et al., 2013ab]).
  • Forma de la costilla (FC).

También se evalúan las patas delanteras:

  • Posición de patas delanteras (PPD).
  • Posición de las rodillas (PR).
  • Postura de la cuartilla delantera (PCD).
  • Tamaño de las patas delanteras (TPD).
  • Uniformidad de las pezuñas de las patas delanteras (UPPD).

Referente a las patas traseras se evalúa:

  • Postura de las piernas (PP).
  • Vista lateral de las piernas traseras (VLPT).
  • Cuartillas de las patas traseras (VLCPT).
  • Tamaño de las patas traseras (TPT).
  • Uniformidad de las pezuñas de las patas traseras (UPPT).
  • Acción de la pierna en general (APG; [Nikkilä et al., 2013ab]) o Locomoción (L [Knauer et al., 2011]).

Valoración de la vulva:

  • Visibilidad de la vulva (dependiendo la raza).
    -Enrojecimiento de la vulva.
    -Ancho de vulva (mm; [Knauer et al., 2011]).
  • Número de tetas funcionales (Simón, 2012).

En las características de producción:

  • El crecimiento o velocidad de crecimiento se expresa como el número de días a un crecimiento constante en que alcanza el peso de 113,5 a 114 kg de peso corporal (Knauer et al., 2011; Nikkilä et al., 2013ab).
  • Ganancia diaria de peso (GDP; [See, 2003; Martínez-Gamba, 2006]).
  • Conversión alimenticia (CA; [García-Contreras, 2006; Martínez-Gamba, 2006]).
  • Consumo de alimento (CAL; [Hoque et al., 2007]).
    -Consumo de alimento reducido (CALR; [Do et al., 2013]).
    -Consumo de alimento residual (CALRI; [Hoque et al., 2007; Do et al., 2013]).

En las características de composición de la canal son:

  • Área del lomo a 114 kg en cm2 (ALM).
  • Grasa dorsal a 114 kg en cm (GD; [Knauer et al., 2011; Nikkilä et al., 2013ab]).
    -Grasa dorsal en la 10ª costilla (GD10; [Nikkilä et al., 2013ab]).
    -Grasa dorsal en la última costilla (GDU; [Knauer et al., 2011; Nikkilä et al., 2013ab]).

Los rasgos de composición de la canal a la pubertad.

  • Área del lomo a la pubertad (cm2 [ALP]).
  • Grasa dorsal a la pubertad (cm [GDP]).
  • Peso corporal a la pubertad (PCP Kg [Knauer et al., 2011]).

Respecto a la selección, las características reproductoras son difíciles de mejorar debido a la baja heredabilidad y porque no hay información de las características maternales disponibles en cualquiera de los sexos en el momento de la selección, principalmente en el macho y los resultados se notarán hasta que sus hijas comiencen a producir sus camadas. Las características de producción tienen una mayor heredabilidad, así como más información de estas características, que se encuentran al momento de la selección. Por lo tanto, la selección de rasgos de producción es mucho más eficaz que la selección de rasgos maternos bajo un programa de cría convencional (Lillehammer et al., 2013).

Mejor predicción lineal sin riesgo (BLUP)

Es un método de predicción que como se ha visto, la selección individual de los cerdos en base a pruebas de comportamiento, la inclusión de estos datos en índices de selección y la estimación de valores genéticos, se emplea para la selección a partir de un grupo contemporáneo en el mismo tiempo y lugar. Una mayor precisión es alcanzada en la evaluación individual si se toman en cuenta una base de datos más amplia que involucre animales de otras generaciones, momentos, lugares y piaras. Para hacer esto se requiere un sofisticado sistema de cómputo para captar esa información y técnicas estadísticas las cuales combinen información de diferente tipo y corrijan factores confundidos (Martínez-Gamba, 2006).

El empleo de toda la información familiar disponible y la estimación de valores genéticos de los animales a través de la metodología BLUP (Best Lineal Unbiased Prediction “Mejor predicción lineal sin sesgo”), en las dos últimas décadas, ha contribuido a mejorar de manera sustancial los resultados de la selección. El empleo de esta metodología de evaluación genética (BLUP) junto a nuevas estrategias de selección, como la aplicación de elevadas intensidades de selección (selección hiperprolífica), han permitido la obtención de respuestas significativas a la selección por prolificidad (Noriega, 2011). El programa BLUP es un complejo sistema de cálculo computarizado que utiliza varios modelos matemáticos que permiten una evaluación precisa de los efectos genéticos y mejora la eficiencia de las pruebas y la construcción de índices de selección, especialmente para variables de baja heredabilidad (reproductiva).

Esta metodología ha hecho posible reducir el intervalo de análisis de los datos para que éstos estén disponibles para las granjas de pie de cría en pocos días. Este sistema ha sido implementado en diferentes países y la mayoría de las compañías genéticas aplican procedimientos similares (Martínez-Gamba, 2006).

Bibliografía disponible con autores o en BM Editores.

Artículo publicado en Los Porcicultores y su Entorno Mayo- Junio 2022

Source: bmeditores.mx

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